"¿Una mujer puede regalarle una flor a un hombre?" Eso es lo que yo me preguntaba el domingo en la noche mientras hablaba con mi chico, a quien pensaba obsequiarle una. Me había dicho que le encantaban las rosas, y como tenía algunas en casa, decidí que le llevaría una el lunes.
No es algo muy normal dentro de nuestra cultura, pero quizá en otra, esto es sumamente normal.
La cultura en la que crecemos y nos desarrollamos influye mucho sobre los juicios que entablamos para juzgar sobre lo que es correcto o incorrecto. Algo tan simple como regalarle una flor a un hombre, puede ser considerado extraño en nuestra cultura, la occidental. Sin embargo, quizá en otras culturas esto es absolutamente normal. Igual sucede con muchas otras cuestiones. Todo depende del cristal sobre el que se esté mirando.
Nosotros como personas, en ocasiones sentimos que nuestra verdad es la única y absoluta, y nos cerramos ante las opiniones que puedan tener los demás, y ante las que nos ofrece el mundo.
Yo creo que es momento de empezar a ser de mente más abierta y no creer que solo lo que nosotros pensamos es válido. Hay una infinidad de opiniones, pensamientos e ideas que esperan ser escuchadas. El hombre evoluciona físicamente, ¿Alguien descarta la posibilidad de que también lo haga mentalmente? Ya saben, pensando en la renovación de ideas. Todo el mundo se transforma, nada permanece estático. Es por eso, que con cada nueva generación que surge, ideales, formas de ver el mundo, y pensamientos, van cambiando.
Difícilmente volveremos a los días en las cavernas, o pensar que solo servimos para reproducirnos.
Los invito a todos y cada uno de ustedes a entablar sus propios juicios, y no dejar que la cultura les dicte algo que ustedes mismos pueden construir.
"No se trata de ver donde estamos, sino, hasta donde podemos llegar"
"No hay idea estúpida, solo estúpidos sin ideas"
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